Toda la información científica y humanístca que requieren nuestros alumnos para “saber” y desarrollar cualquier competencia profesional que les motive está ahí fuera y es más accesible que nunca: los datos,estadísticas, modelos, estudios, tesis...se encuentran a un sólo “click” de sus smartphones y tablets. A esto se suma que esta información es cada vez más compleja y cambiante.
Todo ellos nos lleva a que el modelo de escuela “tradicional”, centrada en el desarrollo de un grupo de aprendizajes mecánicos y memorísticos (matemáticas, ciencias y lenguaje) para poder superar unos exámenes estandarizados, se ha quedado obsoleta hoy día, en tanto y cuanto simplemente entretiene a los alumnos con "conocimientos" destinados al olvido.
La era digital requiere aprendizajes continuos, abiertos, plurales y creativos (Fields, 2011), que ayuden a convivir con la incertidumbre y la complejidad de la sociedad actual. La memorización de datos ya no se aprecia ni requiere tanto como la habilidad para elaborar, compartir y utilizar conceptos, ideas y mapas mentales que constituyan un pensamiento informado, independiente y creativo (Fields, 2011)
Consecuentemente, necesitamos un nuevo modelo de escuela para los alumnos del s. XXI. Se trata de una escuela DIGITAL, en tanto y cuanto utiliza los recursos didácticos que las nuevas tecnologías TIC ponen a su alcance, pero también HUMANÍSTICA, que forme a los alumnos en el pensamiento científico, ético y estético, y que acompañe a las familias, como primer ámbito educativo y social, en su compleja tarea de educar en valores, sus valores, escogidos libremente en base a sus creencias.
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